Rutina de sexo mañanero en casa

Me había despertado temprano, aún me costaba abrir los ojos del todo. Tras salir del baño veo cómo ella se acaba de levantar para prepararse para ir a trabajar. Siempre duerme sólo con las bragas, pero ya se había puesto el sujetador. Mi novia es increíblemente sexy. Está frente al tocador y va a comenzar a ponerse algo de maquillaje. Al inclinarse hacia delante, puedo apreciar mejor sus tetas asomándose por encima del sujetador. Y esa postura, hace que su trasero en pompa envuelto como un regalo en esas bragas semitransparentes sea muy provocador. Por la cabeza me pasan mil ideas para un polvo mañanero de esos que tanto me gustan.

 

Me pongo detrás de ella.

 

“Buenos días”, me dice. “Perdón por haberte despertado. Hoy tengo que llegar temprano para esa reunión. No puedo llegar tarde”.

 

Ella está distraída, su cabeza no para de dar vueltas a todo lo que tiene que hacer hoy. Siempre anda estresada cuando se está preparando para salir, especialmente si ve que va a llegar tarde. pero está tan buena, no puedo resistirme a ella. Me acerco más a ella por detrás y pongo mis manos en su cintura, acariciándole la tripa. Me encanta su tripa, no tiene ni un gramo de grasa. Mi polla se va poniendo dura y la arrimo a su culo, frotándola con sus cachetes.

 

“Sabes que no me gusta que estés observándome mientras me preparo”, dice sin siquiera mirarme mientras se pinta la raya del ojo.

 

Siempre me despierto cachondo, y hoy lo estoy especialmente. Me balanceo un poco hacia atrás y hacia delante de nuevo, frotando mi polla contra ella. Siento que mi pene tiene mucha sensibilidad hoy, la más mínima presión hace que me flaqueen las rodillas durante unos instantes. Lo único que quiero ahora mismo es arrancarle esas bragas tan sexys y olerlas, mientras meto la polla entre sus cachetes y correrme por todo su cuerpo.

 

“Mmmmm”, gimo suavemente, disfrutando de la imagen mental que me he creado.

 

Ella se echa hacia atrás y suavemente me empuja para apartarme y poder seguir maquillándose.

 

“Por favor, tengo que prepararme”, dice mientras coge el pintalabios rojo.

 

Vuelvo a acercarme y a inclinarme hacia ella, apretando mi pene duro contra su culo. Dios, qué bien sienta esto, la agarro por la cintura y aprieto mi polla contra ella, haciendo que pierda el equilibrio.

 

“Anoche follamos bastante”, dice ella enfadada. “¡Tengo que prepararme pra ir a trabajar!

 

Suelto su cintura y bajo las manos, pero no aparto mi polla de su culo.

 

“Dios, eres un pesado”, dice, y se echa perfume en las muñecas.

 

Su mano izquierda se dirige hacia atrás, me coge la polla con ella y me lleva hacia la cama. Me cuesta seguirle el ritmo mientras me lleva de la polla. Se sienta en la cama mirando hacia mi, abre sus piernas y me acerca a su cuerpo. Aparta el borde de mis calzoncillos de la polla y los baja, los desliza hacia abajo por mis muslos y los deja caer hasta el suelo. Libre de ropa interior, mi duro pene oscila ligeramente, movido por la sangre que no para de llegar.

 

Rápidamente ella me reparte la crema que llevaba en las manos por toda la polla, frotando hacia arriba y abajo, masturbándome y haciendo que me tiemblen las rodillas. Entonces lleva su mano a la parte central de su sujetador, envuelve mi polla con él, dejándolo preso entre el sujetador y sus bonitas tetas Una pequeña sacudida de placer recorre mi cuerpo, al sentir su piel caliente y suave tocando mi pene.

 

Entonces aprieta con sus manos sus telas como para intentar juntarlas, apretando la polla entre sus tetas y se inclina hacia delante. Veo que mi polla prácticamente no se ve, sólo una pequeña a parte, la punta, se asoma. Otra vez se echa hacia atrás y hacia delante, se balancea y mi polla se mueve poco, sujeta por la banda del sujetador, pero la piel de mi miembro, lubricada con la crema, siente un agradable masaje contra su piel. La parte de sus tetas que puedo ver se ponen coloradas mientras ella las aprieta y frota con mi polla.

 

Mis testículos, colgando sueltos ahí abajo no paran de menearse con el movimiento, y poco a poco se van poniendo duros y ascienden, preparándose para la descarga de semen. Pongo mis manos en sus hombros, para intentar conseguir algo de estabilidad mientras siento cómo el orgasmo ya está muy próximo. Mi respiración se acelerar y cierro los ojos para sentir y disfrutar lo que viene, estoy a punto de correrme.

 

Ella mantiene un ritmo constante, y yo ya o puedo aguantar más esos movimientos tan sexys y ver mi polla entre sus tetas. Sabe que es la forma más rápida de conseguir que me corra. Y ahí está, por fin siento los espasmos y un flujo de placer recorriendo todo mi cuerpo de arriba a abajo.

 

“Ooohhh, mmmmmmm”, grito, y veo mi corrida aterrizando en sus escote.

 

Doblo un poco las piernas para tener mejor equilibrio mientras me corro. Mi polla se sacude varias veces y deja escapar disparos de semen hasta que descarga completamente.

 

Ella rápidamente se desabrocha el sujetador y lo tira en la cama. Entonces coge mis calzoncillos y se limpia las tetas con ellos.

 

“Ahora voy a terminar de prepararme”, dice, volviendo a donde se estaba preparando.

 

Yo me tumbo en la cama y me acaricio la polla mientras la observo en tetas, terminando de maquillarse. Las mañanas que empiezan con sexo siempre hacen que el día vaya mejor.

 

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