Dos chicos gays amigos del instituto follan en la ducha

“¿Crees que alguien sabe lo nuestro?”, le preguntó Samuel a su mejor amigo.

 

“Ni de coña. ¿Cómo podrían haberse enterado?”, dijo Antonio.

 

“No lo sé, al final todo se sabe”, dijo Samuel.

 

¿por qué no te tranquilizas y te quitas los pantalones?”, le ordenó Antonio a Samuel.

 

“Aún ni me he duchado y ya estás dándome órdenes, ¿eh?”, respondió Samuel con una sonrisa.

 

“Es cierto, anda, métete en la ducha antes de que me entren ganas de castigarte”, dijo Antonio, mientras se quitaba la camiseta.

 

Aontnio y Samuel llevaban siendo amigos desde que entraron en el instituto, y ya estaba en el último curso. Fue un año antes cuando se habían contado el uno al otro que eran gays y habían comenzado una bonita relación. Samuel medía alrededor de 1 metro 90 centímetros y estaba bastante en forma. Antonio era un poco más alto, medía casi dos metros y estaba más  fuerte, con una espalda ancha y brazos musculosos. Ambos chicos practicaban atletismo. Samuel tenía la piel bastante blanca antes de unirse al grupo, pero con el tiempo había adquirido un bonito bronceado por pasar tanto tiempo entrenando en el exterior. Antonio era mulato, y, aunque siempre había tenido la piel oscura, ésta se había oscurecido aún más al estar tantos ratos al sol. Samuel siempre le había dicho que admiraba su piel oscura y que le encantaría ser tan moreno como él.

 

Samuel se dirigió a la ducha, y antes de entrar se tocó el culo y dijo.

 

“Quizás tengas que castigarme de todos modos”, dijo Samuel, girándose y sonriendo.

 

“Oh, pues me parece que va a ser ahora mismo”, dijo Antonio mientras se terminaba de desnudar y seguía a  Samuel a la ducha.

 

Los dos amigos normalmente iban a casa de Antonio para tener sexo, ya que su padre era soltero y solía estar fuera a menudo por trabajo. Los padres de Antonio se habían separado dos años antes. Nunca les había visto pelear ni nada de eso, pero no eran felices juntos.

 

Antonio cogió a Samuel de las muñecas y le sujetó contra la pared de la ducha, besándole apasionadamente mientras sus cuerpos se juntaban. Samuel devolvió el intenso beso y, tras juntar ambas muñecas y sujetarlas con una sola mano, Antonio usó su mano libre para coger la polla medio dura y comenzar a acariciársela para provocarle una erección. Samuel comenzó a gemir, mientras besaba a Antonio y sentía cómo le hacía una paja.

 

“¿Te gusta esto?”, preguntó Antonio, aunque conocía de sobra la respuesta.

 

“Mmmmm, claro que sí”, respondió Samuel.

 

Antonio paró un momento y le pellizcó en el culo.

 

“¿Cómo me llamas cuando estamos aquí?”, preguntó.

 

“Lo siento señor. Sí, señor, eso me gusta mucho”, se corrigió Samuel.

 

“Demasiado tarde”, dijo Antonio. “Date la vuelta. Ponte mirando a la pared y saca el culo”, ordenó Antonio.

 

Samuel hizo lo que le ordenaba. Apretando con sus manos contra la pared y sacando su culo hacia atrás para Antonio.

 

“Adoro ese culo blanco”, dijo Antonio, dándole una cachetada al trasero de Samuel.

 

Samuel cerró los ojos, disfrutando de la forma en la que Antonio le hablaba y lo que decía de su cuerpo. Un instante después, volvió a recibir otra cachetada, lo que hizo que ambas pollas se pusieran más duras.

 

“¿Te gusta que te pegue?”

 

“Sí, señor”.

 

“¿Mereces que te pegue?”, preguntó Antonio.

 

“Sí, señor”, respondió Samuel, notando cómo su pene se endurecía más.

 

“Así es, has sido un chico malo y te lo mereces”, dijo Antonio golpeando el culo de su amante de nuevo.

 

Tras unos cachetes más, Antonio dio la vuelta a Samuel y dijo con voz grave y autoritaria: ”Ponte de rodillas”.

 

Samuel obedecía fácilmente, y bajó su cara al nivel de la polla de Antonio.

 

“Abre”, ordenó Antonio.

 

Samuel abrió su boca y sintió la mano de Antonio sobre su cabeza. Antonio entonces cogió a su amante del pelo y le metió la polla en la boca.

 

“Chúpame la polla”, ordenó.

 

Samuel comenzó a hacer lo que le habían dicho, y pasó sus labios por toda la longitud del pene mulato de Antonio. a Samuel siempre le guayaba chupar la gran polla de su amante, y se había conseguido convertirse n un experto en dar placer a través del sexo oral, cosa que Antonio aprovechaba y disfrutaba.

 

“Mmmmmm, me encanta sentir mi polla en tu boca”, susurró Antonio.

 

A Samuel le encantaba que le fuesen animando con comentarios así, y poco a poco s eiba introduciendo más la lengua de su novio, chupando y deslizando su lengua por la parte inferior de aquel enorme pene.

 

“Mmmmm, se nota que ya tenías gansa de comérmela”, le dijo Antonio.

 

“Mmmmmm”, era todo lo que Samuel podía comunicar en ese momento, al tener la boca llena.

 

Antonio agarró el pelo de su amante con más fuerza e indicó: “No te he dicho que respondieras”.

 

Con ese comentario, Antonio forzó que su polla entrase más dentro de la boca de samuel, hasta la garganta. Samuel relajó su garganta y aceptó aquella invasión. También había cogido experiencia hace tiempo con practicar “garganta profunda”, porque sabía que Antonio iba a ser más dominante que él. A Antonio le gustaba el hecho de que Samuel estuviese tan deseosos de complacerle, y poco a poco había ido haciendo que le practicase felaciones. A Antonio, que le follasen la boca a veces le producía arcadas, pero igualmente no quería que la pola dura de aquel chico saliese de su boca.

 

“Mmmmmm, sí, cómeme la polla, aquí la tienes, toda para ti”, gimió Antonio, mientras le follaba la boca a Samuel.

 

Samuel permaneció como estaba, disfrutaba sintiendo aquella polla en su boca y su garganta. Después de un rato así, Antonio lentamente se sacó la polla y miró hacia abajo, para darle otra orden a Samuel: “Ponte de pie”.

 

Samuel respondió levantándose rápidamente y Antonio le puso contra la pared.

 

“Saca tu culo”, dijo Antonio dándole otra palmada en el culo.

 

Samuel se inclinó hacia delante, sacando su trasero hacia atrás. Antonio le agarró entonces de las caderas.

 

“¿Sabes de quién es este culo?, preguntó Antonio, mientras abofeteaba el culo de su amante.

 

“Suyo, señor”, respondió Samuel.

 

“Así es, buen chico”, dijo Antonio sonriendo, mientras cogía un bote de lubricante de la estantería de la ducha.

Antonio lubricó su dedo y comenzó a acariciar y juguetear con el ano prieto de Samuel. La respuesta fue un suave gemido y Samuel trató de apretar hacia atrás, hacia aquel dedo que le buscaba.

 

“Ya tienes ganas, ¿eh zorrón?”, preguntó Antonio.

 

“Sí, señor”, respondió Samuel.

 

Entonces, muy lentamente, introdujo su lubricado dedo en la entrada del recto de Samuel. Samuel gimió suavemente mientras Antonio le metía el dedo en el culo, lubricando las paredes de su negro túnel. Le encantaba sentir cómo el dedo de su amante entraba en su ano, y disfrutaba de saber lo que vendría después. Poco después, Samuel tenía ya dos dedos dentro de su culo, suavemente lubricando y expandiendo su agujero anal.

 

“Creo que tu atractivo culo está listo”, dijo Antonio, dándole un cachete en el culo.

 

Samuel estaba ya listo, y tenía muchas gansa de ese momento. Mientras sentía la polla dura y lubricada de Antonio presionando contra su piel, contra la entrada ya relajada de su agujero negro. Antonio apretó con la cabeza de su polla, y a pesar de estar relajada y lubricada, la zona estaba aún bastante prieta. Siguió presionando y empujando despacio aquel ano lubricado. Samuel comenzó a gemir mientras sentía cómo la polla iba entrando, gemía más fuerte segú iba sientendo aquella polla dentro de él. Antonio no pudo tampoco evitar gemir, con el placer que sentía de meter el pene en aquel chico que tanto le gustaba y con el que tango gozaba, en aquel culo apretado de su amante.

 

Ver a aquellos dos hombres jóvenes en la ducha follando hubiera puesto cachondo a cualquier hombre gay o bisexual. la piel oscura de Antonio era un bello contraste con el cuerpo ligeramente bronceado de Samuel. Los músculos de aquellos hombres se movían al ritmo de la excitación de echar aquel polvo en la ducha. Antonio entraba y salía del culo de Samuel.

 

“Mmmmm, qué gusto da esto”, gimió Antonio, y recolocó a Samuel, para que la parte superior de su cuerpo estuviese más inclinada hacia la pared de la ducha y sus cuerpos pudieran presionar más el uno contra el otro.

 

Este ajuste hizo que la polla de Antonio entrara más dentro del culo de Samuel, a lo que éste respondió con un grito de placer Ahora sentía aquella polla completamente dentro de él, y también notaba sus testículos golpeándole con cada empuje. Antonio cogió a Samuel del pelo y tiró de su cabeza hacia atrás, con una sonrisa. Samuel le devolvió la sonrisa y la pareja se besó profunda y apasionadamente.

 

Antonio separó sus labios y le dijo a Samuel: “Dime que quieres mi polla follándote muy fuerte el culo”.

 

“Quiero tu polla dura follándome muy fuerte el culo”, repitió Samuel.

 

Antonio aumentó la velocidad de la penetración, pero no al máximo. “Pídemelo puta”, ordenó a Samuel.

 

“Mmmmmmm, por favor, fólleme fuerte, señor”, le suplicó Samuel, adorando aquellos momentos cuando le pedían que suplicase.

 

“Sólo porque me lo has pedido diciendo señor”, susurró Antonio al oído de Samuel, antes de echarse hacia atrás y de comenzar a follarse a su amante por el culo tan fuerte que parecía que le iba a empotrar contra la pared.

 

“¡Joder, mmm, sí, joder!, gritó Samuel, mientras aquella dura polla le follaba por detrás.

 

“Mmmmmm, toma polla”, dijo Antonio gimiendo, mientras taladraba el culo de su compañero.

 

Ambos chicos gemían juntos mientras sus cuerpos brillaban por el sudor y el vapor que inundaban el cuarto de baño. Antonio alargó uno de sus brazos para conseguir llegar a la polla de Samuel y poder masturbarle mientras se lo follaba.

 

“Más te vale correrte conmigo”, susurró Antonio al oído de Samuel.

 

“Dime cuándo señor”, consiguió decir Samuel, casi sin aliento. Estaba sintiendo tanto placer que casi no podía ni concentrarse para hablar.

 

Antonio dio unas cuantas embestidas fuertes más antes de decir “Mmmm, ahora”.

 

Antonio penetró completamente a Samuel y le dijo que se corriera, mientras masturbaba su larga polla de la forma en que a él más le gustaba. Samuel gimió, y su palpitante polla hizo que Antonio finalmente se corriera intensamente dentro del culo de su chico, descargó allí dentro todo su semen. Siguió sacudiéndole la polla y ambos llegaron al orgasmo juntos. Las sensaciones eran tan intensas que Samuel disparó semen a las paredes de la ducha. Los dos disfrutaron de sus orgasmos durante un momento antes de apoyarse en las paredes de la ducha, con Antonio aún dentro de Samuel.

 

Antonio entonces puso sus brazos alrededor de su amante. Samuel giró su cabeza y los dos se besaron apasionadamente. Cuando la polla de Antonio se relajó, éste la sacó suavemente del culo de Samuel y entonces los dos se ducharon juntos, ayudándose mutuamente a enjabonarse y enjuagarse el cuerpo.

 

“Bueno, creo que ahora toca ponerse a hacer los deberes”, dijo Antonio con una sonrisa.

 

“Ohhh, ¿podemos quedarnos un rato abrazados?”, le preguntó Samuel.

 

“Sabes que te quedarás dormido si nos abrazamos”, respondió Antonio.

 

“Sólo un momento”, dijo Samuel, mientras caminaban por el pasillo hacia el dormitorio de Antonio.

 

“Antonio iba detrás, y al entrar en su habitación vio a su mejor amigo y amante en la cama. Se acercó a él, se tumbó y le abrazó.

 

“Sólo un minuto”, dijo.

 

“Un momento, lo prometo”, dijo Samuel sonriendo, y disfrutando cada segundo que pasaba entre los brazos de Antonio.

 

“Antonio ya podía sentir su cuerpo comenzar a relajarse mientras abrazaba a Samuel. Pronto los ojos de Samuel se cerraron, seguidos poco después por los de Antonio.

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