Mi novia y yo pasamos una noche de sexo pasión con una pareja de lesbianas

Mi novia Eva y yo llevábamos juntos 4 años. Yo siempre he buscado mujeres jóvenes, porque me encanta estar con chicas con cuerpo perfecto y cara sexy e inocente. Eva tenía 2 años y yo 40. Nuestra relación iba bien y el sexo era extraordinario. Nos gustaba probar de vez en cuando alguna experiencia nueva y hacer realidad alguna fantasía, pero nada fuera de lo normal.

 

El pasado invierno, hubo un día en que yo había tenido que trabajar hasta bastante tarde. Cuando eso pasa, no hago mucho ruido al llegar a casa por si ella ya estaba dormida. Y ese día fue muy sorprendente que, al entrar en el dormitorio, me encontré a mi preciosa novia con las piernas abiertas, tocándose el coño, con fotos mías y de alguna de mis exnovias, y un vídeo en el televisor de una de ellas comiéndome la polla.

 

Todas las chicas a las que he tenido la suerte de follarme he tratado de grabarlas en vídeo. Incluso cuando no les convencía demasiado la idea, conseguí que me dejaran hacerles al menos una foto de índole sexual. Así que, a lo largo de los años, he conseguido tener una colección bastante decente de fotos explícitas. Y parece ser que mi novia la había encontrado.

 

Y ahora, Eva estaba entre todas ellas, viendo uno de esos vídeos. Por suerte,se puso tan cachonda con lo que estaba haciendo y viendo que no se había dado cuenta de que yo ya estaba en casa.

 

Volví sigilosamente hasta la puerta principal y la cerré de un portazo, diciendo en voz alta que ya estaba en casa. Me quité lentamente el abrigo y los zapatos, y al final llegué de nuevo al dormitorio. Toda la evidencia de lo que Eva había estado haciendo había desaparecido y ella estaba sentada, con la cara un poco colorada, pero intentando parecer correcta y formal.

 

Esa noche, todo parecía normal hasta que nos fuimos a la cama. Ella se convirtió en una tigresa sexual, que quería más y más. Me come la polla con más ímpetu que nunca, me folló con la energía de una diosa. Y quería follar conmigo una y otra vez. Estuvimos teniendo una noche depasión y sexo ardiente hasta la madrugada, cuando mi pene ya no podía más y su coño estaba colorado. Y aún ella hubiera querido más sexo.

 

Entonces, ella empezó a sugerir que podríamos probar más cosas.

 

“¿Cómo qué?”, le pregunté.

 

Con un brillo especial en sus ojos, miró hacia abajo y empezó a chuparme de nuevo la polla.

 

“Me encanta el sabor que tiene tu pene después de estar dentro de mí”, dijo, “Me gusta incluso más el sabor cuando te corres, mezclado con mis fluidos”.

 

Para enfatizar lo que estaba diciendo, se abrió de piernas, y tras ponerse la mano en el coño, me frotó todos los líquidos que aún salían de él por mi polla y mis testículos. Entonces se metió de nuevo mi miembro en su boca y la metió hasta la garganta, hasta que no pude aguantarlo más y me corrí dentro de ella… y como una buena chica, nunca malgastaba ni una gota de la corrida, bebiéndose todo y demostrando lo que le gustaba hacerlo, lamiéndose después los labios y sonriendo.

 

“Mmmmm… qué rico. Me pregunto si mi coño sabe como el de otras chicas. ¿Es así?”, preguntó

 

“Ehmm…”, yo no sabía dónde quería llegar y dudaba en qué responder. “Ehm… supongo que sí, pero en casi todas las chicas es un poco diferente”.

 

“Oh”, dijo. “Me encantaría comprobarlo por mi misma”.

 

Bueno, escuchar eso puso mi imaginación a cien, está claro. Y allí sentado, con mi polla goteando y mi cabeza comenzando a fantasear, ella empezó de nuevo a acariciarla suavemente, pasando de vez en cuando su lengua por mis testículos.

 

“Me pregunto cómo sabría tu polla cubierta de restos del coño de otra chica. He visto antes uno de tus vídeos…”, y ahí estaba su confesión, “y tengo que decir que me encantó. Me puso tan cachonda ver tu polla dentro de la boca de otra, entrando y saliendo, que cuando la tumbaste boca arriba y empezaste a follártela me corrí inmediatamente“.

 

Ella miró hacia arriba y me sonrió.

 

“Lo he visto tres veces y me ha puesto muy cachonda… Mmmm. ¿Qué te parece la idea?”

 

Y yo, ¿qué iba a decir? con mi polla entre sus manos y lo que me estaba planteando, se me estaba poniendo dura de nuevo…

 

Subiendo por mi cuerpo, se metió mi polla en la vagina. “¿Tú quieres verme chuparle elcoño a otra chica? ¿Quieres que me siente en su cara mientras tú te la follas duro?” Y claro que yo quería, y ella lo sabía. Y follamos de nuevo, terminando abrazados y llenos de pasión y excitación.

 

Al día siguiente, le pregunté si realmente seguía pensando en ello y ella sonrió y afirmó que sí. Así que, decidimos ver cómo haríamos esta fantasía realidad.

 

Durante mucho tiempo no pasó nada. Nos registramos en webs de citas, nos descargamos apps e incluso compramos revistas de amor libre, pero nada de eso funcionaba. Hasta que un día, nos invitaron a un club gay de la zona, al cumpleaños de un amigo.

 

Eva iba vestida con su ropa más sexy, que le sentaba de escándalo. Llevaba un top ajustado y sus tetas se asomaban por su amplio escote. Y sus preciosas piernas lucían unas botas negras que le llegaban hasta las rodillas.

 

La fiesta estaba siendo divertida. La bebida circulaba y todos lo estábamos pasando muy bien. En cierto momento, Eva había ido al baño y tardó bastante en volver. Cuando reapareció iba andando de la mano con una chica pelirroja.

 

“Cariño”, dijo “He conocido a esta chica en el baño, se llama Laura, y tiene una novia, Rosa, que nunca ha estado con un hombre. Tiene 24 años y es virgen en cuanto a hombres. Bueno, les he oído hablando de ello en el baño y les he ofrecido tu polla. Laura piensa que es una idea genial si te liaras con ella y a la vez hicieras mi fantasía realidad, de estar con otra mujer. ¿Qué opinas?”

 

Pues bien, ¿qué creéis que pensé yo? ¿Qué haría un hombre en su sano juicio frente a esta situación? Por supuesto que me pareció una idea estupenda. Entonces Laura y Eva me llevaron de la mano hacia una chica que estaba en la barra y me la presentaron. Nos tomamos algunas copas juntos, pero la tensión sexual era cada vez más intensa y todos estuvimos de acuerdo en marcharnos juntos.

 

Cogimos un taxi hasta nuestra casa. En la parte de atrás del taxi, las chicas estaban metiéndose mano entre ellas, besándose, acariciándose,… Rosa estaba besando a Laura, Laura besando a Eva, y Eva besando a Rosa. Y yo ahí sentado, con la polla poniéndose cada vez más dura, cada vez más cachondo hasta que mis huevos estaban a punto de explotar.

 

Cuando entramos en casa, las chicas no tardaron en empezar a quitarse la ropa las unas  las otras sin parar de besarse. Parecía que se habían olvidado de mi. Pero no me importaba, el espectáculo que estaba presenciando valía la pena. Así que me senté en el sillón y seguí observando. Vi como Rosa y Laura le quitaban toda la ropa a mi novia y la tumbaban en el suelo.

 

Lentamente, cada una comenzó a besar uno de los pezones de Eva y a succionarlo, acariciándole mientras el cuerpo con las manos, deslizándolas hacia abajo, hasta llegar al coño húmedo de Eva.

 

Yo no podía más, me bajé la bragueta y empecé a tocarme lentamente la polla. Rosa se levantó y empezó a desnudarse de pie, mientras Laura puso su cara delante del coño de Eva y empezó a practicarle sexo oral. Eva gimió de placer. Rosa se quitó por último las bragas y se agachó hasta dejar su vulva junto a la cara de Eva.

 

“Bueno, vas a usar eso?” Dijo Laura girándose hacia mí y mirando mi polla.

 

“¿Cómo dices?”, respondí, tan excitado que no podía pensar claramente.

 

“Que si vas a usar tu polla con mi novia”, respondió ella.

 

“Claro que sí. Ahora mismo”, respondí levantándome del sillón y quitándome la ropa a la velocidad del rayo. Entonces, ya desnudo, me quedé un momento de pie, dudando qué hacer, hasta que alguien tomó la decisión por mi.

 

Rosa se puso a hacer un 69 con Eva y Laura se puso de pie, cogiéndome la polla mientras me miraba sonriente. Me dio la vuelta y me puso detrás de Rosa y arrodillándose comenzó a hacerme una felación, para ponérmela aún más dura antes de guiarme hacia el coño expectante de Rosa.

 

Joder, era el coño más prieto quehabía catado en mucho tiempo, y después de ir lento al principio, conseguí metérsela hasta dentro.

 

Ella gritó. No tengo muy claro si fue de dolor o de placer, así que me quedé ahí dentro un segundo, sintiendo cómo su vagina envolvía mi polla. Y entonces Eva empezó a comerle el clítoris a Rosa, que a su vez, empezó a empujar hacia atrás para sentir mi polla más dentro. Así que empecé a follármela, más y más dentro. Y en cuestión de segundos perdí totalmente el control y comencé a correrme intensamente. Ella llegó al orgasmo a la vez, con Eva chupándole el coño, haciendo que sus piernas temblaran y sus jugos comenzaran a entrarle en la boca.

 

Sentía tanto placer que me había olvidado completamente de Laura. Sólo podía sentir el placer de notar cómo mi semen salía, una vez, dos y hasta tres veces dentro de Rosa, quería descargar completamente en esa coño caliente, pero Eva me apartó.

 

Me cogió de la polla y comenzó a lamerme a chuparme limpiando todos los restos de la corrida. Devoraba mi polla con su boca, chupando cada gota de ella. Mmmmm, vaya sensación más placentera…

 

Rosa y yo estábamos satisfechos, pero Eva y Laura aún no se habían corrido, así que Laura se llevó a Eva a la cama para terminar lo que habían empezado. Rosa se fue a dar una ducha para refrescarse, y las otras dos bellezas se pusieron a hacer un 69. Ambas se tocaban las tetas y no paraban de acariciarse los pezones o agarrarse el pecho con pasión. A Eva se le veía disfrutando muchísimo, e intercambiaron sexo oral hasta que ambas comenzador a gemir de placer y se corrieron. Yo, por supuesto, volvía a estar empalmado y me hice una paja con una de las mejores vistas que había disfrutado hasta entonces.

 

Y no pude evitar pensar en que había sido una lástima no haber tenido tiempo de preguntar si les apetecía grabarse en vídeo. Pero por suerte para mi, ese primer encuentro entre los cuatro, no fue el último.

 

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